martes, 27 de marzo de 2012

Los Muertos Vivientes Tomo 6: Esta Triste Vida

Llegamos al sexto tomo de Los Muertos Vivientes publicado por Planeta. Se titula Esta Triste Vida, y desde luego, es un título más que adecuado, según vemos lo que ocurre en sus páginas.

En el anterior tomo descubrimos al Gobernador, uno de los más terribles villanos que se han visto en la serie. Mucho peor que un muerto viviente, e incluso que una horda de zombis, porque es una persona que se divierte haciendo sufrir a otros.

Robert Kirkman le hace ser una auténtica bestia, que permanece en el poder de su pequeña comunidad porque ofrece seguridad y la gente puede dormir tranquila, sin miedo a ser devorados por los caminantes. Pero esa confianza le ha dado un poder desmesurado y le ha endosiado.

Por eso es tan terrible y destructivo. El guionista le da al personaje todo lo malo que puede haber adquirido tras el holocausto de los muertos. El Gobernador puede haber protegido a su gente, pero ha enloquecido y quiere ser el que domina todo. Así de simple.

En el otro lado está Michonne. La joven ha sufrido lo indecible a sus manos, y como él, está dispuesta a cobrarse cada golpe, cada abuso y cada momento de sufrimiento. Ella también ha cambiado, de una eficiente abogada, hasta una despiadada guerrera dispuesta a todo.

Pero Kirkman es inteligente. No es lo mismo, aunque sea tan cruel y despiadada como él. En una escena nos deja claro que la vida le ha pasado factura y que no es responsable de sus actos. O quizás sí, y simplemente se escuda en ese detalle que conocemos ahora.

Rick continúa avanzando, cambiando y asumiendo que es otra persona. Su prioridad son los suyos y esos "los  suyos" se limitan a dos personas: Lori y Carl. Hace lo que hace para mantenerlos a salvo y lo seguirá haciendo. Se avergüenza, se siente mal, pero no se arrepiente.

El camino hacia el caos continúa adelante, y como siempre, cada vez que dan un paso adelante, retroceden dos. Y aunque en al final del tomo todo parece volver a su lugar, sabemos que lo peor está por llegar.

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